9 de octubre de 2013

#TuitMix: La cárcel del Monopoly (06/10/2013)


“Estas condenas tardías como en Malaya tienden a la melancolía”, escribía @teoleongross el día en que el mayor caso de corrupción municipal terminaba mandando a la gente a la cárcel del Monopoly y poco más. Sí, qué tiempos aquéllos en los que aficionados, vendecoches, ferrallistas, cantineros, chachas y chóferes tomaban las instituciones para mangar. Qué antiguo parece el gilismo despechugado, la horterez advenediza de estos diletantes de la política con peste a tele de pueblo y toallitas de limón, cuando la corrupción ahora se diseña, se reparte, se enmadeja en los más altos cargos de la partitocracia y las administraciones. El caso Malaya parece una niñatería casi tierna por el tiempo, como una trastada del Piraña. Pero no por eso su leve sentencia, lenta y distanciada como un oráculo, deja de ser un augurio, “el capítulo piloto de los casos Gürtel, Bárcenas, ERE, Fabra, Noos, Liceo, etc, etc, etc”, preveía pesimista @jvmendezdeleon. Todos esos otros imputados que, como decía ‏@LMmARISCAL con ironía, “deben estar asustaícos”.

La pesada justicia, trabada, sacerdotal, esotérica, ciega o tuerta, de nuevo ha dictado algo que el sentido común no entiende. “Robar en España sale tan barato...”, tuiteaba @pacorobles63. Normal, cuando esas leyes están hechas precisamente por quienes temen sufrirlas. El cohecho o la prevaricación son delitos líquidos, escapistas, definidos en las leyes para que requieran adivinación. @cruzmorcillo veía a “todos los chorizos de guante blanco frotándose las manos tras la sentencia de #casomalaya”. “Ejemplaridad? Sí, la de la risa”, remataba. ‏@cmgorriaran sostenía que “si los jueces son más duros con quien roba un coche que con quien saquea una Caja o un Ayuntamiento, nadie creerá en la Justicia. A ver!”. Mucho se comentó la vergonzosa cuenta que aparecía en la portada de @larazon_es: “9 horas y 24 minutos de cárcel por persona y millón estafado”. “Sale más caro robar 1 euro que 1 millón”, colegía @tonimoyalatorre. Habrá que repartir las culpas entre las santas puñetas y los políticos y adláteres que quieren protegerse, pero ésa es la lección que nos deja la ley y que resumía @jaimegacela: “Si robas... roba mucho mucho mucho...”.

Con lo de Malaya ha habido espanto, pero también mala memoria. “IU pidió 21 veces que se disolviera el ayuntamiento de Marbella, frente a la oposición de PSOE-PP”, tuvo que recordar @FelipeAlcarazM. Tanto al PSOE como al PP les interesó el gilismo. La Junta hizo negocios con él y el PP hasta reclutó o acogió luego a esbirros suyos. @hermanntertsch dejaba “un recuerdo para el periodista valiente que hizo frente a Gil cuando todos le adulaban, Felix Bayón”. En la cárcel del Monopoly ha acabado todo. Y algunos, hasta se han librado con la tarjeta de suerte. “Empresarios absueltos celebrándolo en afamados restaurantes”, nos contaba @JC_Villanueva. Celebraban el triunfo del Estado de Derecho, que suele decirse. 

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