15 de octubre de 2013

#TuitMix: Derecho a meter el cucharón (13/10/2013)


Monarquía sindical. Sabrán ustedes que los sindicalistas no pueden ser detenidos. Son inviolables, como corresponde a la monarquía de barbas y regalías que forman. Así lo tuiteó mayestáticamente @ccooandalucia: “Toxo ve impropio de una democracia que se mantenga detenidos a sindicalistas”. Sí, dijo “democracia”, sin duda en un lapsus. Cualquiera se confunde entre tantos sistemas, mayorazgos, melancolías y bulas que usan a la vez. Extraño concepto de la democracia, por lo visto un señorío que ellos manejan concediéndose privilegios incendiarios y graciosos saltos a piola de la ley. “Sí claro, la democracia está pa el mangoneo, que no pasa nada, y a las comilonas con marisco incluido. ¡Habrase visto!”, protestaba @Trianabetis4. @edbalta señalaba: “Que alguien le explique al Toxo que no han detenido a nadie por sindicalista, sino por LADRONES, coño, por ladrones”. Pero nada: “Persecución a sindicalistas, encarcelamientos, desprestigio a los sindicatos con ayuda mediática... el PP es hijo del Franquismo”, insistía @ZasRoberto. Lanzas y su vaca asada, las facturas engordadas y los ricos botes, son cosa de Franco. “Ahora los sindicatos UGT y CCOO dicen que detener a sindicalistas que han robado es una persecución de la brigada social franquista. Mafias!”, les acusaba @DidacPolo. Pero @carboneropaco dedicaba su #FF a “quienes, como yo, sienten, #orgullodesersindicalista. La defensa de los derechos no descansa”. “No nos van a callar, como no lo hicieron en el pasado”, se unía al hashtag @CCOOCORDOBA. Pensé que ese hashtag podría querer reivindicar la esencia del sindicalismo, ahora tan pervertida. Pero ese último tuit enlazaba a este tremendo titular: “CCOO: ‘La juez Alaya y el PP no olvidan que en Andalucía hay un gobierno de izquierda por el papel jugado por los sindicatos’”. Al final, creo se referían al derecho a meter el cucharón en la olla hasta el codo. Y el orgullo de que nadie les rechiste. Por cierto, ¿saben dónde no he visto nada sobre conjuras contra el sindicalismo? Pues en @CGT o @cnt1910. Entre los sindicatos también hay clases.


El pacto de los calvitos. Susana Díaz sigue haciendo sus Américas como una folclórica de las palabras vacías como calabacines o castañuelas. Y algunos ilusos hasta la creen. Taconeos, revoleras, visitillas y preludios de pactos que no son nada pero van haciendo nombre, rodada y cantares. “Pregunto: ¿qué hay que pactar sobre corrupción? Los chorizos a la cárcel. Punto”, escribía @J_A_Isla tras la visita a Rajoy. “Un acuerdo para no atacarse mutuamente con la corrupción”, le parecía a @mdlherran. Mucho pacto implacable, pero luego aquí vetan una comisión sobre el fraude del Plan Bahía Competitiva… Ahora, el mejor y más atinado, el propuesto por ‏@Susi_Enfuresia: “Voy a pedí a Rajoy un pacto contra los carvito con barba. Er quita a Aria Cañete y yo a Rubarcaba”. Éste lo doy por hecho.

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