22 de noviembre de 2012

Somos Zapping: Revolución con Bisbal (19/11/2012)



Primera pancarta. El cartón que puso Canal Sur a las 12 fue la primera pancarta de la huelga: “Nuestra programación se está viendo afectada por la huelga general convocada por la Cumbre Social y los sindicatos de clase contra los recortes de derechos y libertades. Huelga general respaldada por el Comité Intercentros de Canal Sur”. Los sindicatos de clase no están ya solos (solos con su clase, se entiende), sino que cuentan con el apoyo de la Cumbre Social, reunión de colectivos que sienten especialmente que son la sociedad y, por lo visto, también su pináculo. Me sigue desconcertando esa arrogancia de algunos de creerse que su sindicato o su cineclub son más sociedad que otros, o que son toda la sociedad. Pero lo que me chirrió más fue lo de “los recortes de derechos y libertades”. ¿Qué libertad o derecho teníamos hace año y pico que no tengamos ahora? Pero hablan como los del Tea Party cuando se meten con Obama. En realidad se refieren a que no comparten unas políticas que les parecen equivocadas y dañinas, pero nuestros derechos y libertades están garantizados por la Constitución, faltaría más. Confunden derechos con reglamentos, ordenaciones, concesiones, beneficios o ventajas; pero los derechos son otra cosa. Los derechos, son, precisamente, lo que nadie nos puede quitar. Lo que ocurre es que salir a la calle con espíritu guerrero para decir que no se está de acuerdo con una política determinada es un muermo. Hay que asustar con que nos quitan la democracia, por lo menos. Como hace el Tea Party. Principios simplificadores, así se avivan las revoluciones. Porque están haciendo una revolución. Lo supe cuando en Canal Sur pusieron ese cartelón y una canción de Bisbal.


Corazón y diálogo. Canal Sur se paró y sólo puso repeticiones, pelusa barata de relleno y un informativo de la noche que fue un publirreportaje de la huelga. Normal, según el espíritu que ya les iluminaba en su cartel anunciador. “Huelga contra los recortes y la política de austeridad del Gobierno y en defensa del Estado del Bienestar”, así resumió Álvaro Moreno de la Santa todo este reverendo cabreo en el que hay mucho más, pero que así quedaba mullido y conveniente. Nos llevaron ciudad por ciudad para que viéramos cómo se peinaban las pancartas (más) y ardían las piedras (menos), y hablaron mucho los sindicalistas rampantes de su éxito, de la movilización y de la sociedad que, de nuevo, son ellos (“la mayoría social ha tomado la calle”, decía Valderas). Lo de siempre. Sí me hicieron gracia las declaraciones de Susana Díaz, refiriéndose a los que no habían podido hacer huelga “por miedo” pero “seguramente su corazón está con la huelga”. Fue su versión de la ‘mayoría silenciosa’, aunque algo cardíaca. También dijo que había que “convertir esta situación de conflictividad en una situación de diálogo”. Así que se trata de que no haya conflicto, de que en vez de huelgas y manifestaciones haya silencio y cursillos para los sindicatos; se trata de dialogar con los agentes sociales y los mimos para que la gente esté más tranquilita (como estaban con Zapatero a pesar de una ruina similar). A mí me parece que de lo que se trata es de salir de este agujero, y no creo que eso se vaya a conseguir llegando a acuerdos con los que nos metieron en él, con los que están mirando cuánto dinero les va a dar la pegatina que llevan, y con los que quedan, que resulta que no creen ni en el dinero ni en la democracia, sólo en el barullo. Lo que hace falta es que el Gobierno haga las cosas bien, no que estemos todos jugando al corro, felices como los idiotas.


Bien traído. No sé si el PP se lo merece (puede que sí), pero Canal Sur supo aprovecharlo. El día de la huelga repitieron Los reporteros, el programa de la semana pasada en el que, a raíz del rechazo del recurso del PP contra los matrimonios homosexuales, nos endosaban nada menos que un reportaje sobre la represión franquista a este colectivo. Mención al PP y, luego, el franquismo, las cárceles para mariquitas, las noticias burlonas en los periódicos, las pestañas de lágrimas de los travestis… Qué bien traído.

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