3 de octubre de 2012

Somos Zapping: Preparación al parto (01/10/2012)



Relax. Han conseguido embotellar todo el hipnotismo de la Junta, toda su sugestión farmacológica, toda esa flojera que se le induce al andaluz a través de ondas, mantras o chorritos de agua. Me topé con el vídeo en Onda Jerez, me chocó el logo de la Junta sobreimpresionado y le he seguido el rastro hasta la web del proyecto ‘Informarse es salud’, de la Consejería del ramo. Pero no se trata de esas recomendaciones de comer sandía, masajearse las pantorrillas o mirarse los lunares. No, es mucho más. Es la epifanía de la religión del Régimen, apareciéndose tras una cascada. “Relajarse es salud. Ambiente imaginario”, se titula la cosa. Y de esto se trata, de relajarnos desanudando, despiezando o abandonando la realidad; cerrando los ojos, imaginando un paisaje entre la pradera y el porro, respirando un Himalaya en acuarela, caminando entre amables espejismos. Tranquilizarnos y sosegarnos a través de la invención de un mundo falso, confortable y feliz… ¿Cómo no iba a tener eso el logo de la Junta? Ya sé que tenemos a Canal Sur para hacer ese trabajo, pero ese vídeo, más que una alegoría, era como si la Junta se atreviera a dormirnos con sus propios dedos. Alguien había conseguido resumir en unos cuantos minutos esa como eterna clase de preparación al parto en la que nos han secuestrado a los andaluces, conjurando el dolor, enfocando la felicidad, proyectando la imaginación, respirando la propia esperanza, aguardando un momento de plenitud y consumación que, en este caso, nunca llega. “La tranquilidad inunda nuestro ser”, decía el vídeo, y no era difícil imaginar una babosa cerebral adherida a las cabezas de los andaluces, introduciéndonos viscosamente esa idea. También tendría el logo de la Junta. O el de Canal Sur.


ERE en piedra. Creo que ya tenemos las conclusiones de la Comisión ERE. O eso me parece a mí. Primero, le escucho a Mario Jiménez, en la entrevista mañanera, eso de “irregularidades de determinadas personas vinculadas a la Dirección General de Trabajo”. Y luego, en Los reporteros, veo, nada más empezar, poner el foco sobre “el principal imputado”, o sea Guerrero, para luego explicarnos la cosa desde la tesis oficial: fraude limitado a los intrusos y teoría de los cuatro sinvergüenzas. Pues si allí lo dicen y aquí lo bendicen, ya podemos grabar esas conclusiones en piedra.


 Cine casero. Gusta, admira o enternece cierto cine reciente andaluz, cine un poco de tenderete, hecho como con las cajas de cerillas que hay por casa. Carmina o revienta, de Paco León, es de esas películas de puchero, pero me pareció auténtica, sincera y cuidada en todo lo que le era posible, como una buena chica pobre. No es una maravilla, pero no se me fue la sonrisa en todo el tiempo que duró. El mundo es nuestro, sin embargo, me decepcionó. Los personajes de Rafi y Fali me parecieron desde el principio un hallazgo, una primavera de humor inteligente, crítico y sinvergüenza entre tanto folclorismo del nabo. Sin embargo, con El Cabesa y El Culebra creo que esa crítica se ha dado la vuelta para terminar convirtiéndose en complacencia: se han moranquizado. En la caricatura del cani sólo hay satisfacción, homenaje. O sea: no hay caricatura, sino identificación, característica de la vulgaridad moranquista. El mundo es nuestro me decepcionó y me aburrió por esto, pero también porque la trama de los dos atracos simultáneos ya la había visto en Flypaper, porque sólo hay un par de gracias brillantes y porque han intentado hacer un largometraje estirando un sketch de tres minutos, una sensación que te agobia toda la película. Los compadres estuvieron en Canal Sur y no se cortaron diciendo que la RTVA les debía dinero. Pues van a tener que atracarla vestidos de nazarenos... Cuando yo tuiteé que me aburrió la película, la productora Mundo Ficción me contestó esto: “Una mierda pa ti”. Luego borraron el tuit. Creo que, para ellos, rodar una película cani no era simplemente una opción más. No estamos haciendo cine rompedor, no. A veces, son sólo vídeos caseros del andaluz cagando con idiosincrasia.

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