7 de julio de 2012

Hoy viernes: Jubileo de Báñez (8/06/2012)


La Reina de Inglaterra ha paseado su gloria como si la sacaran en cama con dosel por la calle. La monarquía es un poco eso, imaginar que alguien se viste de Pantocrátor igual para ir a Westminster que para dormir. Ese desfile con carrozas, lanceros y hasta carillones nos demuestra que las monarquías, de la tierra o del Cielo, sólo existen si se las pasea con ruedas de oro y pagodas en la cabeza. Aquí lo hacemos con esas Vírgenes que reinan en el plateresco, los almanaques, los costureros o las marismas. La Reina Isabel ha tenido su jubileo rodeada de un Imperio de casitas de muñecas y cajas de música de la majestad, aunque esta vez no estaba Purcell para escribir odas, sólo McCartney y otros lores guitarristas. Hasta la eternidad debe cumplir años, celebrar su cansancio, encargarse tartas como palacios. Si no, la gente se olvida de que existe lo eterno. Por eso también la Virgen del Rocío va a tener su año jubilar, se va a poner anillos de novia y va a hacer crecer tenderetes para el mercadeo de estampitas, milagros y sevillanas. Un gran espectáculo y un gran negocio para la economía basada en las almas y también para la basada en el dinero, tan caedizo, y que quizá son la misma. Si aquí recurrimos a los santos con palma y a las Vírgenes con muceta para que llueva o gane un equipo de fútbol, por qué no vamos a hacerlo cuando nos asfixian la crisis y los mercados vikingos. Bien lo ha visto la ministra Fátima Báñez.

Báñez ha agotado muy pronto esa primera etapa racional que existe en toda desesperación y ya se ha encomendado a la Virgen del Rocío para que nos saque de la crisis. Lo próximo será hacerle vudú a Merkel. Gran tranquilidad y confianza ha debido de generar eso en Europa, saber que los ministros españoles ya se están persignando y que en los consejos de los viernes la cosa va de oraciones y novenas, sin descartar el flagelo y el cilicio para Rajoy. Pronto veremos a todo el Gobierno bautizándose con manzanilla en el Quema, ante la sagrada y caliente respiración de los bueyes. Báñez, como una pastorcilla portuguesa, se ha arrodillado y ha agradecido este jubileo rociero, según ella “el regalo que ha hecho la Virgen del Rocío, aliada privilegiada y embajadora universal de Huelva, en el camino hacia la salida de la crisis”. Deberíamos montar un jubileo para cada Virgen y cada sagrario, verían qué pronto se acababa este tormento. Menos mal que el Cielo nos protege y que a nuestro Gobierno, tan pío, se le ha aparecido la solución como a Constantino: In hoc signo vinces. “Viva la Virgen del Rocío”, gritó la ministra en Huelva. Pero las Vírgenes son madera como las reinas son señoras sin dedo dorado. “Exsultate, jubilate”, aunque no hay eternidades ni milagros y las monarquías de salón o de las nubes lo único que hacen es exhibir sus bomboneras ante el hambre. De los gobiernos, se espera otra cosa.

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