4 de mayo de 2012

Hoy viernes: Romance de Merkel y Valderas (4/05/2012)


 Aquí siempre hubo algún señor de pelo en ceja que se ligaba a las alemanas, esas señoritas que traen cerveza en los pechos. Se nota que las alemanas están de buen ver cuando su alemán nos parece francés, con algo quizá de cereal en la boca. Con las alemanas hemos hecho nosotros más mito que Wagner. A él le salían valquirias de voz musculada y a nosotros sirenas de playa, haciendo bomboneras en la arena con la forma del bikini. Pero siempre había un español que se las ligaba y era como un triunfo contra toda Alemania, contra su dura filosofía, contra la música de órganos de piedra de Bach, contra su historia de cañones convertidos en monedas, el triunfo que conseguía ese españolito con el bañador de isleño y el bigote empanado. Era la zarzuela contra la ópera y el oso contra lo rubio, y siempre ganábamos, nos las ganábamos, y luego hacíamos películas donde las besábamos mientras ellas cantaban “dabadaba”.

Con todo esto yo quería decir que Merkel no podrá resistirse a Valderas. Merkel se ha topado con el bandolero ligón, ladrón de los corazones y los anillos de los mercados, romántico que se lleva a la sierra un queso y una cantinera, bello salvaje que doma el capitalismo y derrite su oro con los ojos. Merkel no sabe que está vencida con la primera cabalgada del poeta del comunismo. Un hombre que sólo tiene el dinero de la luna y el palacio de la noche es irresistible. Con olor a hierba y la camisa rajada, Valderas tomará a la reina del ultraliberalismo, la raptará de sus economistas usureros, de su ideología de la continencia y el frío, y le mostrará el sol del sur que alimenta a sus hijos en los estanques y a los hombres hermanados como en una cacería de los sueños, mientras Griñán el bardo recita en las copas de los árboles que otro mundo es posible y que los pájaros no necesitan prestamistas. Y la sangre vencerá al hielo, y el vino azucarado hará reír a la gran dominátrix, y los bancos norteños llorarán su felonía.

Esta izquierda no será la resistencia, sino la seducción. Merkel y su capitalismo de faja tienen la batalla perdida, aunque no se dan cuenta aún. Merkel todavía resiste, teme al amor irremediable, a ese bandido que sabe que deseará, a la izquierda que va a conquistar su alma y su tierra desde Andalucía. Valderas cuenta con la historia, las alemanas que fueron vencidas en estas orillas, la pasión que siempre doblega a la razón, el pequeño español que termina trepando a las trenzas altas y orgullosas de esas mujeres hiperbóreas con cuerpo y ojos de minería. Merkel nunca imaginó caer así, ante el español soñador y marinero que hace una guerra que no es del dinero sino del amor. Merkel y todo el capitalismo de Europa terminarán rendidos en los brazos de Valderas. Y le cantarán algo que suena como “dabadaba”...

No hay comentarios: