13 de marzo de 2012

Zapping Electoral: El modelo coliflor (10/03/2012)


Sin recogecolas de Madrid. Por lo menos ya no son los barrenderos de la campaña, mucho menos que teloneros, los que salían a patear las serpentinas después de que los líderes nacionales dejaran la ceja o la gaviota colgada en la esquina de la tele y se apagaran las luces de los informativos fundiéndose con los cabezazos de los futbolistas. Los partidos andaluces tienen su campaña propia mientras el resto del país se pone el casco y cuenta las latas de sardinas para el invierno nuclear, mientras los sindicatos se almidonan los bigotes y las autonomías se pelean con el déficit como con un gato, salvo la andaluza, que quiere seguir entrampándose hasta el final para inflar sus globos. Tenemos campaña propia, por fin, sin recogecolas ni limpiasillas de los de Madrid. Pero siguen hablándonos de universales, sobre todo el PSOE, que nos saca su “modelo” ideológico como un catecismo y se ve como cabecilla de la reconquista de un largo mundo que incluye a todo el capitalismo, a todo el liberalismo, a todos los rascacielos y a todo el dickensianismo con mocos de la crisis internacional. Veremos cuánto permanecen en Andalucía y cuánto vuelan por la teología política y las batallas de los ángeles y demonios de la historia.


Espíritu de metacrilato. Griñán eligió para empezar la campaña las Setas de la Plaza de la Encarnación, que más que a los hongos remite al modelo coliflor de la gestión socialista, o sea el de los grandes floripondios aparatosos y huecos, el de los grandes excesos gaseosos, adornando y tapando la miseria general. Panales de plástico sin dulce ni alimento dentro que resumen la nada rimbombante y la casa del sol estancado que han hecho de Andalucía. Vi en Canal Sur a Griñán con mucha escenografía y mercadotecnia visual, un poco con ese espíritu de metacrilato y rotulación en la frente de la última campaña de Rubalcaba, y con figurantes aplaudidores a su espalda (por ejemplo, Susana Díaz, más alguna guapita de cara poniendo morritos) que hacían un fondo como de El precio justo, de cierto escaparatismo de teletienda o de algo de Miss Colombia. Su estilo era el de mitin tradicional, volumen y tono altos, crescendos estudiados en las consignas o ideas fuerza. Habló de la derecha que “embarra” y de la izquierda que, resumiendo, nos da la pastillita y la sopa, y mencionó la “isla de libertad social que es Andalucía”, isla o parque temático que yo no acabo de encontrar entre el paro y los mendrugos que tenemos aquí. Creo que más bien debería haber hablando de la Isla del Tesoro, donde ellos están haciendo de piratas con cofre, loro, mella y risotada. Creo que se van a enfocar en el maquillaje y en el susto.


El portero en bicicleta. Cuando apareció Arenas, el contraste fue como el de entrar luego en una capilla. Arenas hablaba bajito, pausado, sin gritos, más en plan profesor o monje que vendepeines. No tenía detrás coro de sonrisas ni muslos, ni skylines pintados. Estaba solo como un portero de fútbol. Siguió con lo de la humildad (es verdad que parecía como despierto para unos maitines franciscanos) y propuestas de propuestas que tampoco terminó de proponer. Insistió en lo del cambio, un cambio en el que parece ir en bicicleta, como si lo llevara un cartero, mientras que el PSOE parece decir todo desde un búnker de diseño. Canal Sur lo pilló en un gesto raro de saludo militar sin gorra a sus fieles, en plan Obama, que yo le recomiendo que abandone porque más bien parece un baloncestista después de un mate en el All Star. El PSOE ha empezado ronco, como tras su after hours de derrotas y congresos matones, y el PP ha empezado con precaución, sordina y patinete.


Oído cocina. El inicio de campaña tuvo más atención para la encuesta del CIS que para los primeros aspavientos de los candidatos. El País titulaba “El CIS da aire a un asediado PSOE andaluz” y Tom Martín Benítez destacaba en su programa de Canal Sur Radio que “en el voto directo, o sea la respuesta espontánea (?), el PSOE aventaja al PP en cuatro puntos”. Es lo que llamaba “las tripas de la encuesta”. Bueno, en “voto directo”, no sé si espontáneo o no, la encuesta lo que dice es que el PP le saca al PSOE 7,2 puntos. En la tertulia de Canal Sur televisión, Luis Barbero, de El País, decía que para llegar a esa ventaja del PP tras esas contradictorias tripas de la encuesta, “el CIS hace un bucle muy raro”. Lo que hace el CIS se llama cocinado y los números contradictorios y chocantes suenan a cacerolazo demoscópico o a esquizofrenia del andaluz. En cualquier caso, ya se ve que cada uno mira lo que le interesa.

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