13 de marzo de 2012

Hoy viernes: La última colina (9/03/2012)

Esto no serán 15 días de Circo del sol, será la guerra con las últimas tripas, será El Álamo con mosquetes en las capillas. Se vestirán de soldado los ancianos, los niños, los profesores y los compañeros del metal; los partidos agitarán el miedo y la corrupción, se desplegarán los asustaviejas y las ideologías nos pondrán delante un Juicio Final. Marzo, vestido de tallos, ha traído la última batalla a Andalucía. El PSOE puede quedar aniquilado, el PP puede conseguir un poder que ningún partido ha alcanzado en toda la democracia, pero aunque la retórica y el olor de estos días sea el de la guerra, reducir estas elecciones a un conflicto algo así como godo por el poder es injusto. Andalucía es mucho más que la última colina, es un pueblo castigado, es una esperanza truncada, es un sueño desperdiciado. Algo se nos paró dentro, algo nos tronchó las rodillas, alguien nos llenó de nada y nos dijo que todo iba bien. Por eso, lo primero que tendremos que pensar es que no es una guerra de “ellos”, de los partidos, que no somos un decorado para legiones de nadie, sino que somos nosotros los partisanos y los heridos. Parece una obviedad reclamar estas elecciones como nuestras, pero no lo es. No se trata de que unos señores con aire de ventrílocuos ganen o pierdan un concurso, sino de qué va a pasar con nosotros, con Andalucía.

Veremos al PSOE espantando escándalos, jueces y números; invocando a la izquierda como el poder mágico de un anillo y azuzándonos a la derecha de la España negra, con curas y banqueros que patean a los pobres. Veremos al PP enseñando los ratones comilones que pudrieron la Autonomía en nombre del socialismo, mostrando buena cara sin corbata, enseñando las cifras indigentes en las que se resume Andalucía y presentando la mera pero insólita posibilidad de otra cosa diferente al PSOE. Los dos grandes partidos se tirarán todo lo que tengan a mano, trapos y fantasmas, realidades y sentimentalidades, papeles y banderas, mientras los pequeños atenderán a las sobras. Habrá más miedo y agresividad en los socialistas, que se juegan el perol; habrá horizontes de celofán en el PP, que viene como con un Evangelio. Pero en el ruido y la aerostática de la campaña, más nos valdría arrancarnos de alguna manera los ojos y echarlos a rodar por Andalucía, ver lo que es, lo que no llegó a ser, lo que podría ser, la cuesta en la que nos dejaron, lo que nos quitaron, cómo nos durmieron, cómo nos traicionaron, cómo nos dejaron a medias en todo. Y sólo después mirar a los partidos, que serán como siempre mitad verdad y mitad mentira. Es cierto que ellos pelearán a muerte, pero si esto es una guerra, no olvidemos que nosotros, Andalucía, seríamos los héroes y los caídos. No olvidemos que, en todo caso, sería nuestra guerra.

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