31 de agosto de 2011

Somos Zapping: Estampita de Zapatero (1/08/2011)

Gloria a ZP. Zapatero no llegará a los Idus de marzo. Con tan buenas, vagas, improvisadas o falsas razones como las que tenía para agotar la legislatura, justificó el adelanto de las elecciones generales a noviembre y las televisiones se llenaron de retrospectivas en las que ZP iba pasando de la juventud a la mortaja y de la ceja a la chepa. Claro que en Canal Sur lo que le hicieron fue una estampita de santo que parecía más el Jesusito de mi vida que un repaso a sus dos legislaturas. Empezaron por ponerle sobrenombre como los reyes (“un 20-N será el día del paso atrás del Presidente de la Memoria Histórica”) y luego vinieron sus hazañas. Por ejemplo, que “nombró su primer gobierno, en el que las mujeres por primera vez en la historia de España (!) adquieren un papel protagonista”. Vaya, no sé qué opinaría de eso Isabel la Católica... Pero sigamos con las maravillas de su primera legislatura: “Retirada de las tropas de Irak, impulso de la Alianza de Civilizaciones, y además -o sea, como si eso no fuera ya bastante-, puso en marcha leyes como la de Dependencia, el Matrimonio Homosexual, ley Antitabaco, o la de la Memoria Histórica”. Y así quedaba retratada su gloriosa primera legislatura. “Su segunda legislatura -continuaron- se ha visto marcada por la crisis económica y el aumento del desempleo”. Observen cómo ese “marcada por” hace accidentales la crisis y el paro, y deja a ZP sin culpa ni responsabilidad en ello, en sintonía con la concepción meteorológica de este desastre que siempre ha tenido el PSOE. Pero he aquí que el héroe ZP intervino intrépidamente para salvarnos: “Para sortearlos [la crisis y el desempleo], el Gobierno ha puesto en marcha medidas de estímulo como el Plan E y políticas de recorte presupuestario. Además -otra vez un 'además', o sea, otro 'por si fuera poco'- ha aprobado leyes como la de Economía Sostenible o la de la Reforma Laboral y las pensiones”. Y así quedaron resumidas las muchas proezas de la Era ZP. Diríamos que Canal Sur copió un folleto del PSOE, si La Nuestra no fuera ya ese folleto. Querían hacer, en fin, una estampita para el beso y el rezo. Pero creo que, puesta así en bonito, la historia de ZP resulta hasta más boba.


Saliva compartida. ¿Les suena eso de Pablo Carrasco recibiendo y acompañando al pez gordo, luego Mabel Mata haciéndole una entrevista babosa, sumisa y bien acolchadita, y por fin las noticias de Canal Sur ofreciendo más de dos minutos de propaganda camuflada como resumen del encuentro? Esta vez fue con Rubalcaba, pero antes ocurrió con Chaves o Griñán. Ya ni me parece reseñable la cosa. Para qué decir más. Otro día de saliva compartida entre Canal Sur y sus dueños...


El truco. Sigo sin poder distinguir al Roberto Sánchez Benítez del verano y al otro. Sus innovaciones y sus tomates han alcanzado el rango de eternos, manejan ya una curiosa sustancia sin tiempo o un tiempo sin sustancia, como él. O es Andalucía la que se ha hipnotizado con el movimiento de su boli y duerme en un limbo circular y suspendido. ¿Qué modernidad es de ahora y cuál del año pasado? Porque sé que repiten los reportajes o los programas enteros, uno reconoce los que ya glosó, como ese tremendo hallazgo de pasear en dromedario por Doñana que volví a ver esta semana... Pero, si no, uno estaría por decir que las innovaciones se dan la vuelta a sí mismas hasta volver a descubrirse en la novedad y el asombro, que se persiguen hasta reencontrarse recién hechas de nuevo. Quizá ése es su truco, quizá es el truco de todas las modernidades que le sacan a esta tierra, reutilizables, reinventadas cada cierto tiempo con la maravilla de la primera vez. Lo viejo que se finge nuevo abriendo los ojos de sorpresa, lo ya muy conocido o usado que se anuncia como prodigio reciente... Quizá con Andalucía hacen lo mismo que con Tecnópolis.


V. Aquellos lagartos casi de cartón, aquella invasión de extraterrestres ratoneros suspendidos más por alambres que por láseres... La mítica serie V tenía, al menos al principio, y aun con las limitaciones de la época, fantasía, épica, sensualidad e incluso moraleja moral y política (desarrollaron muy bien en los “visitantes” la seducción y los modos de los totalitarismos, y hasta su emblema recordaba a la esvástica nazi). Nada que ver con el moderno remake que ahora emite Canal Sur después de haber repuesto hace poco la serie clásica. Este remake pierde, entre otras muchas cosas, esa intensidad política, y todo lo basa en niñaterías y abuso indecente del croma. Pero lo peor es que Canal Sur está emitiendo una serie que no tiene final, porque se canceló en la segunda temporada sin que se resolviera nada. Mala y sin final, ni como estafa de verano sirve.

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