4 de julio de 2011

Somos Zapping: Griñán y San Agustín (4/07/2011)

¿Qué hacía Griñán antes? En esos largos debates, como la vuelta ciclista de sus señorías, ni se miran ni se arreglan los países ni las autonomías, sólo salen los gobiernos a endomingar sus fracasos y la oposición a dejar chinchetas en los escaños y cáscaras de plátano por las escaleras. Tienen estructura de duelo a florete, o de tren de las ferias con sus brujas y escobazos. Allí se va a hacer política de la puntería, del tartazo, de la finta, del equilibrio sobre fosos de cocodrilos. La tribuna parece un trapecio con una señorita con sombrilla cuando habla el gobierno, y el púlpito de un adventista cuando habla la oposición. Griñán no esperaba explicar ni arreglar nada, sólo preparaba su función: dar un discurso de padre y prometer que se van a hacer muchas cosas nuevas a pocos meses de las elecciones. Después de cuatro años de crisis, después de 30 años de este socialismo casado con el desempleo y la pobreza, ahora nos dicen que tienen nuevas medidas contra el paro, contra la decepción, contra la ruina... Ahora. ¿Serán como las de antes, como los planes E, como lo de la economía sostenible, como los 400 euros para aquello o para lo otro? Me imagino a Griñán con todas esas medidas hirviéndole en la cabeza hace mucho, y no pudiéndolas llevar a cabo hasta ahora, hasta que vinieran las cámaras y los traductores del lenguaje de signos, hasta el debate del lucimiento, ese maratón o teletienda en el Hospital de las Cinco Llagas. Así gobiernan, sacando como en el día del patrón unas cuantas bengalas que Canal Sur repetirá como un milagro, pero luego se apagarán, se olvidarán o no servirán para nada, como las de antes. Más, claro, un golpe teatral, preparado para comenzar los telediarios: Griñán dejando sus declaraciones de Hacienda a la mesa del Parlamento... En fin, eso da tanta garantía como si hubiera dejado su currículum... Los chanchullos, los negocietes, las comisiones, las subvenciones, los favores de los socialistas con ellos mismos o sus amiguetes, no estaban en esa carpetilla de cursillista. ¿Saben qué frase de Griñán eligieron en Canal Sur para empezar el informativo? Fue esta: “El paro afecta al arraigo social al excluir a muchas personas”. Al arraigo social, y al estómago, y al frío de los huesos y del alma. Así que el presidente estaba ahí para explicarnos qué es el paro y cuánto hace sufrir. Eso ya lo sabíamos. Lo que no han sabido ellos es sacarnos de ahí. Pero esta vez es diferente. Los locutores de Canal Sur lo explicaban de esta manera: “El presidente ha avanzado un nuevo plan de oportunidades laborales (...) pero además ha anunciado otras muchas medidas de carácter social y de transparencia democrática”. Observen ese “además” y ese “otras muchas”. Es el lenguaje de la propaganda. Esas frases podrían ser de Mario Jiménez. Tantos años, tanto sufrimiento, y estaban esperando justo ese día para rescatarnos. A San Agustín le preguntaron una vez qué hacía Dios antes de crear el mundo... Nosotros nos podemos preguntar qué hacía el Gobierno de Griñán antes de salvarnos el otro día.


Capital universal. Córdoba se ha quedado sin capitalidad europea de la cultura y eso enseguida ha generado unos encantadores y ridículos ataques de dignidad cateta. En Andalucía directo rotulaban esto: “Córdoba, capital universal de la cultura, se mire como se mire”. Tal cual. Nada menos que capital “universal”. La nueva Alejandría. Y “se mire como se mire”, que así lo dicta el tierno sentimiento pueblerino. Como prueba de la superioridad, del imperio que sobre la cultura tiene Córdoba, y como orgullosa revancha, AD nos contó que los amigos de la Cofradía del Salmorejo Cordobés iban a repartir por ahí su exquisita receta y que reposteros de la ciudad han creado helado de caracoles en honor a esa capitalidad. Capitalidad cultural universal e incontestable, como se ve. “Hay que continuar adelante y hay que levantar el ánimo”, decía Modesto Barragán dándole el pésame a la cultura. Salmorejo, helado de caracoles y camisetas azules... Capital universal de la cultura, se mire como se mire.


Estafa. En Andalucía hay mil funcionarios para cada lince, camaleón, jaramago, ave con la pata quebrada. Hay mucho dinero público en esto y tarde o temprano unos listillos se la tenían que jugar a la Junta a costa de ese amor suyo por la naturaleza que lleva sin mucho cuidado, pues lo que cuenta es quedar de buenos ecologistas y besabichos. La Junta nunca sospechó de lo bien que funcionaba todo en ese centro de recuperación del águila imperial que ha resultado una estafa y que nos han sacado en todas las televisiones. Qué desfachatez, mangar dinero público apañando subvenciones. Lo nunca visto. Un día, a la Junta le pasará algo más grave, qué sé yo, con los fondos para el empelo, con unos ERE o así.

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