31 de diciembre de 2010

Somos Zapping: Belenes de pobres y casitas de Pin y Pon (20/12/2010)

Plácido. Ya es Navidad, con los ángeles de Frank Capra y las damas de la caridad en Canal Sur. Pero la caridad es lo que queda cuando no se puede hacer justicia, así que siempre es un fracaso. Y si es necesaria, debe ejercerse con discreción, para que el gesto solidario no sea un acto de vanidad y ostentación para el que da y de humillación para el que recibe. Por eso cuando se unen televisión y buenas obras yo suelo ponerme en guardia. Hay tantos a los que les gusta ir de buenazos, que se acaramelan hablando de niños y pobres, figurando en galas, colectas, telemaratones... Gente que incluso dedica programas y finge concursos en beneficio de Unicef, a la vez que se forra con el dinero público de una televisión derrochadora, ese dinero que se está quitando de la educación o de la sanidad o de las ayudas sociales... Pero ahí están con la sonrisa alta y la lágrima azucarada, con sus estampas de chiquillos y sus abracitos de muñeco de trapo. Sí, esa santidad por la que se cobra... No hace falta dar nombres, ¿verdad? Pero es Navidad y hay portalitos de pobres en Canal Sur para conseguir audiencia. Es peor que el pobre decorativo, como en el Plácido de Berlanga. Es el pobre como gancho mediático, casi más perverso aún que lo de Telecinco con Rodríguez Menéndez. Yo no terminaba de creérmelo cuando vi en Andalucía directo a un matrimonio sin casa donde vivir, él en paro, ella recién parida; un matrimonio con bebé que, buscando tiernos paralelismos evangélicos, habían puesto haciendo de San José, de Virgen y de Niño Jesús en un belén viviente. Así los habían preparado para que, ante las cámaras del programa, y con la publicidad entremetida, recibieran la noticia, el milagro: dos buenas almas se habían conmovido con su desgracia y una les regalaba una casa y otra le daba trabajo al marido. ¡Una casa y un trabajo, nada menos! Pero si usted es uno de los miles de andaluces sin casa ni trabajo, no llame a Andalucía directo, que el milagro no se repetirá. Éstos eran pobres de exhibición y con ellos los cupos de la culpa, la caridad y la audiencia quedaban satisfechos. Andalucía directo parecía que se ganaba sus alas, como el ángel de aquella película, pero a mí me daba pena y un poco de asco.


¿Andalucía 10? Se presentó la Andalucía 10 de Griñán sin salir de su pecera, que es eso lo que parece la iniciativa, una pecera de Andalucía puesta y adornada en Madrid para que, como decía yo el jueves, la vean los invitados. Una Andalucía para las visitas en la que han cogido las cuatro bombillas, microscopios y cartones de modernidad que han levantado sin nada detrás, todo eso tapando, que no descubriendo, la realidad de una tierra que estos gobernantes eternos nuestros no han sabido sacar de la pobreza, el paro, la incultura y el folclorismo, como se empeña en demostrarnos el propio Canal Sur con cada arremangamiento, risotada y taconeo. “La sociedad del conocimiento que existe ya”, decía en las noticias un empresario. ¿Con nuestra tasa de fracaso escolar, con las vergüenzas del informe PISA a pesar de la ridiculez de sus pruebas para tontos? Que nos pongan todos los soles y vientos con manivela que se pueda inventar su propaganda, pero la verdad es que Andalucía aún no tiene tejido educativo, económico, industrial y productivo para dar trabajo a sus ciudadanos, y no ya de ingenieros aeronáuticos, sino siquiera de camareros o fregasuelos. Y mientras eso siga así, es como si Griñán hubiera presentado en Madrid la casita de Pin y Pon.


Poner la manita. Iremos dosificando lo que decimos sobre la ventolera flamenquista que nos ha traído la Unesco, no vaya a ser que los guardianes de las esencias de la raza se solivianten. Esto pedía la bailaora Carmen Ledesma en El sol, la sal, el son de Jesús Quintero: “Que nos ayuden, ya no solamente como espectáculo y como eso, sino que los artistas cuando terminamos y tenemos una edad, hay mucha gente que no tiene nada, y las instituciones se tienen que acordar un poco de este tipo de cosas”. Poner la manita, se llama eso. Y lo que nos queda...


El malo de los Pitufos. Susana Díaz, Secretaria de Organización del PSOE-A, se va uniendo con honores a ese club de ninis entontecedores de la política, tanto que ya ni echamos de menos a Velasco. Como Mario Jiménez, todo lo reduce a que la oposición es mala como el malo de los Pitufos. Lean esta brillante frase, otra vez sobre el decretazo de la función pública: “[El PP sigue] intentando crispar, enfrentar y no arrimar el hombro en algo que esperan el conjunto de los andaluces y de las andaluzas”. ¿“El conjunto”? Para enmarcar, vamos. ¿Cuándo acabará esta generación de políticos imbecilizantes?

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