31 de julio de 2010

Somos Zapping: My fair lady (19/07/2010)

Surfeando. Así es el verano, estación glandularmente hortera, llena de gente que te asesina con los estampados y las chanclas, tiempo en el que vomitan los ombligos, se licuan los cerebros y algo así como la inundación de un caldo de sandía pegajoso y chorreante nos llega hasta el cuello estemos donde estemos. Estación hortera que la televisión, intrínsecamente hortera, convierte en compota, y que Canal Sur, orondo campeón a su vez de esa horterez televisiva, sublima y reconcentra aún más hasta dejarlo en una sola estampita, que puede ser la que hemos visto en las promos, la de ese Manu Sánchez con chaqueta y bermundas surfeando en el sol de su logo. Esta imagen podríamos interpretarla, de manera más particular, como el intento de Manu de ser exquisito, guay y popular a la vez, eterna lucha suya tan fallida que lo deja hecho un centauro descosido o como con sólo medio disfraz de vaca puesto. Ya lo hemos visto en su programa bailar con sombrero de copa sin renunciar a sus eructos camperos, que a mí me recuerda a la Eliza Doolittle de My fair lady. Quizá toda Andalucía está atrapada en esa misma contradicción, la de resistir orgullosamente en su catetez a la vez que quiere aparentar de cuando en cuando, quizá por complejo de inferioridad, ser culta y elegante. Por eso Manu Sánchez resulta tan paradigmático. Manu se pone frac igual que Manolo Carrasco apila pianos blanquísimos y se orla de bordados, igual que Canal Sur mete en la madrugada violines en las fuentes. Pero con gafitas u orquestas sinfónicas, ese fondo garbancero sobrevive y se revela dejando una ridiculez aún más patente por ese esfuerzo de encoloniarla. Manu va con pajarita y bermudas o calzoncillos como podría ir con esmoquin y boina. Esta imagen nos dice mucho sobre lo que somos, además de dejar claro que es imposible que la estética sobreviva estos meses en Canal Sur. Dan ganas de apagar este verano igual que la televisión.


Refritos. Sí, es verano y Canal Sur aprovecha la carne del puchero de todo el año o de toda su vida, hecha ya cecina. Vuelven los refritos, los programas de videoteces, los zappings y esos cantantes recuperados con el colador de galas, homenajes, especiales y verbenas. Manu Sánchez reúne sus mejores momentos mientras va disfrazado de lord en busca del tío del bombón helado. Una horrible recopilación de canciones del verano nos devuelve a King África vestido de torero que se comió al toro, a María Isabel antes muerta que callada, a Los Sírex o a Los Bravos o a Camilo Sesto espolvoreados de cal de cementerio, a Camela o a Los Amaya escapados de las gasolineras, a toda la penosa colección de la quinquillería juvenil, a la marcha culona de las canciones de Gran Hermano, y así hasta tres horas de suplicio. Veo Salud al día y me doy cuenta de que también es un programa ya emitido, que sobre ese tesoro nacional de los tomates andaluces había escrito yo hace mucho. Sí, todo repetido o remasticado. Qué podíamos esperar, siendo esta tierra y esta televisión una eternidad que se copia a sí misma...


Simpatía oriental. Sigo sin saber por qué hay un programa nuevo, Ponte a punto, que básicamente es igual que Salud al día pero como entre balones de Nivea. Lo único es que hay más personajes andaluces enseñándote su culo de piscina, los zumos de su turmix o sus tapas de la esquina. Y, eso sí, hallazgos que van más allá de la salud frutal de esta tierra, como nuestra capacidad para importar simpatía de Oriente Próximo. Así lo entendí yo, cuando presentaban a las Soles y nos hablaron de su “simpatía nazarena” (sic). Simpática tierra debe de ser Nazaret, por lo visto. Cuánto aprendemos en Canal Sur...


Poderes. Eramos campeones del mundo, la Patria se inflaba como un balón y Canal Sur nos sacaba a un tío travestido de flamenca y a otro con tricornio de guardia civil celebrándolo. Son estos pequeños símbolos los que hacen nación, ya ven. En los pueblos de Navas, Ramos o Marchena, el triunfo se saboreaba también en su pedacito andaluz. Pero yo sólo pensaba en quién va a ser capaz de enfrentarse a Griñán ahora. No sólo podrá argumentar que su “Andalucía sostenible” da campeones del mundo, sino que, después de coincidir con el pulpo Paul, sabemos que el presidente tiene poderes.


Leyendas. No me extrañó que El club de las ideas, coproducido por la Consejería de Educación, le dedicara un reportaje a la chica de la curva y a otras leyendas urbanas. Lo que mejor hace la Junta es eso: intentar colar trolas increíbles que pasen por verdad.

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