Se ha dicho que el hombre “desmusicalizado” de misterios vuelve al refugio de sus cuevas, maravillas y milagros; que la razón, que trajo la gaya ciencia de Nietzsche pero también la náusea sartriana, nos decepcionó al dejarnos techada o claveteada el alma; que estamos huérfanos de “trascendencia” y de ahí la New Age, el renacer de los espiritismos, la astrología, las mancias, los cielos con capirote, los brujos de túnica y hasta los fundamentalismos religiosos. Deberemos concluir que el hombre no termina de encontrarse, que es de lo que va todo esto. Pero yo lo que creo es que, si no se encuentra, es porque todavía intenta buscarse en los cajones donde no está: en las piñatas de las constelaciones, en las antiguas pócimas o en el cristal de los dioses, pero siempre lejos. Ya aquello de Delfos nos invitaba, antes que nada, a conocernos a nosotros mismos, cosa que a mí me parece casi un adelanto del existencialismo, eso de que en el ser humano la “existencia precede a la esencia”. Creo que estamos por hacer y por definir y que nuestra trascendencia está en ese quehacer íntimo, para quedar por fin en paz con lo que somos, con lo que son los demás y con la naturaleza en la que hemos “caído” un poco a la manera de Heidegger. Pepe el brujo, ardiendo en sus trapos y alcayatas, es la imagen del ser humano perdido en la ignorancia y empecinado en la necedad, aunque no tanto por él como por los que le dan voz y crédito. Nos trae una Andalucía como brasileña y una sociedad desnortada rebujada con ajos, pellizcos y lagartijas. No hay misterios en los espíritus ni en los murciélagos ni en las herraduras, sólo en el propio hombre y en la naturaleza que se nos muestra tan poco a poco. Para desvelar ese misterio pienso que sólo hay dos métodos: la ética y la ciencia. Lo demás únicamente nos deja disfrazados de ciego, que es lo que parece este brujo aun con sus ojos en llamas.
22 de octubre de 2009
Los días persiguiéndose: Pepe el brujo (22/10/09)
19 de octubre de 2009
Somos Zapping: Bertomeu a la BBC (18/10/2009)
Preparar alfombras. Podrían haber puesto a una maquilladora o a un electricista del programa a leer el guión tan bien medido, y no se distinguiría de Mabel Mata, presentadora florero, periodista que hace de mera apuntadora. Vean cómo remató la entrevista a Juan José López Garzón, Delegado del Gobierno en Andalucía: refiriéndose al fondo de inversión para las autonomías, le preguntó “a qué conclusiones llegó después de la reunión con el señor Chaves”, y luego, si estaba “satisfecho con los Presupuestos Generales del Estado, con la partida destinada a Andalucía” (en realidad ella no puso aquí tono de pregunta, sino de afirmación). Pero hija mía, ¿qué te va a contestar un delegado del Gobierno a eso? Para hacer de espejo y preparar alfombras, para dar el pie al poder y ponerle brillos, para eso no hace falta un periodista. Basta un barbero.
Sueldazos con razón. Tiene razón Pablo Carrasco, Director General de la RTVA, aupado por el poder desde las productoras arrimadas, desde esas máquinas de hacer bodrios televisivos, hasta gobernar el gran teatro de marionetas de Andalucía. Tiene razón, digo, al defender su sueldazo, 139.000 euros, un 72% más que el de Griñán. De hecho, según este periódico, veinte directivos de Canal Sur cobran más que nuestro presidente. Y poco es, sí señor, según “los parámetros de sus correspondientes sectores”, que así se justificaba él. Claro, es que si no, las otras cadenas se llevarían a sus profesionales, de tan demostrada capacidad. Ya me veo a la BBC pujando por Carrasco para que llene su programación de calidad, independencia, rigor y cultura. Ya me veo a Juan y Medio, a Olga Bertomeu, a la copla macetera y a los toritos enamorados, todos en la cadena británica, privándonos a los andaluces de la excelencia televisiva. Y tiene razón, además, porque no hay sueldo que pague la habilidad de idiotizar a tanta gente y con tantas ganas.
15 de octubre de 2009
Los días persiguiéndose: Religión de los partidos (15/10/2009)
Me hablan de una derecha corrupta y como putera por naturaleza, o de la izquierda que se hizo dueña del cortijo, y yo sigo, bíblico, citando la paja y la viga y advirtiendo que quien esté libre de pecado... pues eso. Claro que esto tampoco soluciona nada. La corrupción sistémica de la política no es un mito, un coco ni una obsesión de nihilistas acostados, sino un problema real y gravísimo que no hemos sabido solventar. Carecemos de mecanismos coercitivos y punitivos útiles, empezando por que la Justicia es sierva o prisionera del mismo poder político. La debilidad de nuestra democracia ante la corrupción se demuestra en la tranquilidad, casi la impunidad, con la que desde las concejalías de pueblo a los más altos despachos, los políticos y sus moscones deciden cruzar la línea. La corrupción como costumbre y listeza, eso de que sólo el tonto no mete la mano donde la meten todos, nos dice que nadie tiene miedo a una ley laxa, con mil maneras de enterrar los casos y escapar por la gatera. Una democracia donde pudo existir esa Marbella llena de orondos mangantes, donde hubo y hay los Olleros y Naseiros y Matsas y Filesas y Mercasevillas y Gürtels que conocemos y los que no, donde enteradillos de pata negra o cuello italiano o bigote de fusta hacen aquelarres y regatas en cada pueblo y autonomía con el dinero de todos; una democracia que, en fin, deja la enseñanza de que robar y pringar alrededor de lo público es rentable, fácil, vistoso y poco arriesgado, está sin duda enferma hasta el tuétano.
No es un partido sobre otro, como no es un dios sobre sus antecesores, el que trae la moralidad o la vileza. Debe de ser que el mal está en nosotros, que lo consentimos, lo justificamos o lo equilibramos pesando unas siglas con otras. Ahora siento que he escrito un artículo obvio, repetido, ingenuo e inútil. ¿Cómo pretender que los partidos hagan leyes que los dejen en pelota, sin enchufados y sin negocio? Sólo queda, quizá, pedirle a la ciudadanía que reaccione con asco y furia contra la corrupción, y sin decir que los otros trincan más o que los suyos no van a ser los primeros panolis en ir de honrados. Es necesario que la corrupción les cueste en las urnas, que el pueblo ponga su guillotina donde la Ley pone sólo puntos suspensivos. Olvidar la religión de los partidos para salvar la creencia en la Democracia.
Somos Zapping: Chusqueros de la serranía (11/10/2009)
Crisis e indignidad. En Mira la vida lo llamaron una “medida anticrisis de ingenio”, pero era una penosa rendición, la última humillación de los pobres. En Ronda, un paisano sin trabajo ha decidido vestir a su caballo y a él mismo de bandolero y cobrar a cada turista que le saque fotos, y así se presentó en el programa como el mulero de toda nuestra miseria. Ea, vistámonos todos de bandoleros, gitanillos, flamencas, toreros, y salgamos a la calle como chiquillos de Bangladesh, a tirar de la chaqueta a los guiris, a los forasteros; hagamos de churretosos pedigüeños, con alma de limpiabotas; que sea el andaluz el suvenir de sí mismo, el payasete de su necesidad, el safari de su desgracia. Recojamos como siempre las monedas que nos tiran al suelo los ricos por ser lo que somos, pues a más no llegamos. Estamos acostumbrados a sobrevivir en la indignidad.
Siesta y media. Juan y Medio parece en verdad recién despertado al comenzar su tarde de morbo, viejitos y piononos, pero nunca imaginé que fuera literalmente así. Me cuentan que Juan y Medio suele echarse un sueñecito en su camerino antes del programa e impone al personal un silencio como de siesta de marquesón o de abad. Si alguien osa perturbar con tacones, voces o acarreos su sagrada cabezadita, monta en cólera y suenan latigazos por los pasillos. Hombre, al trabajo hay que llegar ya habiendo dormido y habiendo cagado, qué menos. Salvo que uno crea que la televisión pública es su palacete y la gente de allí sus mucamitas, que es seguramente lo que pasa.
Los días persiguiéndose: Olimpismo andaluz (8/10/2009)
En Andalucía lo que necesitamos son unos Juegos Olímpicos, la vecindad de la gloria, una promesa de delirio. Sí, ya sé, son muchas enumeraciones. Pero en eso, en contar las cosas por venir, somos especialistas. Llevamos toda la vida mirando al horizonte, esperando estrellas fugaces. Las modernizaciones y prosperidades sin plazo de los políticos son otras olimpiadas que se viven sin que lleguen. Bastan el barullo, la “corazonada”, el cartelón. Cuando no llega la gloria, lo que queda es esa postura hacia el futuro. El “espíritu olímpico” andaluz es que los políticos nos lancen aros de colores a las nubes y soñemos con llegar a ellos o ensartarlos, mientras el soplido de la realidad los aleja de nuevo. Ése es seguramente el “estado de ánimo” que Chaves dice ahora que hay que cambiar, pasar de contemplar lo que ocurre a la esperanza de lo que no va a ocurrir, y creérselo como se creían en Madrid sus lagos artificiales y sus atletas de pies alados y sus dioses sorbiendo de los pebeteros. Ese mismo “estado de ánimo” enajenado y candoroso de los que salieron a la calle con la cara pintada y los saludos ensayados en todos los idiomas, felices sólo por imaginar las jabalinas que los fuertes lanzarían por ellos. Aquí ya vimos reportajes de una Málaga o una Córdoba que se veían olímpicas por resbalamiento desde Madrid y todos los vecinos parecían forzudos.
La Junta debería promover una candidatura andaluza a estos cielos con graderío, que vuelva incluso Sevilla a su Peloponeso. No llegaríamos a nada pero lo importante sería que el pueblo comulgaría su espíritu en las fuentes y que Canal Sur sonaría como Píndaro. Nos pega mucho eso del olimpismo: vivir en la espera, desear con lustros de antelación, fantasear con medallas y estatuas, y olvidar todo lo que nos pasa, duele o falta por la promesa de un circo, de un desfile de aguerridos, de un triunfo prestado que ungirá de mentira nuestra pobreza. Creo que no hay tierra más olímpica que Andalucía.
Somos Zapping: Goebbels vecindón (4/10/2009)
Vetusta. Ahí están Don Camilo y Don Peppone, el padrecito de Cantinflas y el cura que hizo una vez Raphael; ahí están un poco Marcelino Pan y Vino, y Sor Citroën. Eso es la serie Padre Medina, rebujito de todos los plagios que se puedan hacer alrededor de una sotana. Pero la inoriginalidad y la endeblez de la serie son lo de menos. Han retratado con fecha de hoy una Andalucía de los años 50, un pueblo de cura y alcalde (un pueblo de quince, eso sí, porque más no salen) santero y babuchero, un pueblo como de mis abuelas, con tiesas vecinas beatonas, cazurros aborregados y fiestas patronales de tirar cerdos de los campanarios. Debe de haber un término medio entre la Andalucía hipermodesna de la propaganda y esta vuelta a Vetusta, pero Canal Sur se complace en lo uno y en lo otro sin asomo de pudor por la contradicción. El cura joven y guapo parece que ha llegado a Las Hurdes de Buñuel. No sé si la Andalucía sin tiempo, la Andalucía eterna, es así, como en la serie. Pero, desde luego, no pega nada con esos discursos llenos de aerogeneradores. Se decidan, oigan.
Terapia. Las praderas y los arcoíris con los que se presentaba Olga Bertomeu buscando la felicidad se han quedado en un Diario de Patricia con una vecina (ella) dando consejillos (pocos y simplones). Historias de cuernos, gorduras y complejos relatadas profusamente por sus protagonistas, mientras la psicóloga apenas apostilla unas obviedades que no necesitan carrera ni libro ni programa. Vaya terapia. Luego mete fotos del veraneo de alguien para contagiarnos la felicidad de los payasetes y por fin remata con una sección sobre sexo en la que básicamente se dedican a reírse todos cuando el personal cuenta que no se le “empina”. La felicidad de verdad es, sin duda, la suya: estar bien acomodada en Canal Sur Radio y Televisión sin hacer más que lo que mi vecina en la escalera cuando charla arreglándose el moño.
1 de octubre de 2009
Los días persiguiéndose: Dan Brown y los masones (1/10/2009)
La que nos queda a los masones con esto de Dan Brown... Es verdad que la masonería aquí no termina de explicarse, y eso seguramente es culpa nuestra. Pero es que, además de la complejidad de esta tradición, nos encontramos con algo peor que el desconocimiento que persiste en la sociedad española sobre este fenómeno: los prejuicios, la leyenda negra... Utilizando un símil masónico, es más difícil construir sobre escombros que sobre suelo llano, y el terreno al que volvió la masonería española tras el total aniquilamiento que supuso el franquismo era eso, una escombrera. Pronto, entre el 8 y el 10 de octubre, se celebrará en Almería el XII Simpósium Internacional de Historia de la Masonería Española, al que la diputación se ha adelantado con una muestra fotográfica que ya se puede visitar. Espero que sea una oportunidad para que se conozca la realidad de esta institución tan atacada y malinterpretada, usualmente desde una interesada mala fe. Verían lo poco que tiene que ver con Dan Brown y sus misterios cinerarios. No es sitio éste para que yo diserte sobre lo que significa y hace en realidad la masonería. Baste reivindicar su normalidad y visibilidad, que creo, personalmente, que es la única manera de acabar con las oscuridades y mentiras que se le achacan. Eventos como el de Almería ayudan a esto, además de recuperar la honda tradición masónica de Andalucía, tan olvidada. Los masones, mientras, deberíamos intentar explicarnos mejor. Es cierto que cualquiera que tenga verdadera curiosidad puede averiguar qué es la masonería sin más que recurrir a historiadores medianamente serios y confrontarlos, haciendo uso cada cual de sus luces, con la abundante y llamativa literatura antimasónica. Sin embargo, creo que nadie comprendería en la sociedad actual una institución que no es capaz de hacer entender su función y su método, escudándose en la tradición o la discreción. Explicarnos, y no porque nos obliguen las chorradas de Dan Brown, sino porque lo exige nuestra propia época. Eso, o seremos siempre para los demás una mala novela.
La rumba del cambio (28/09/2009)
El PP venía sin figurantes, con los autocares llenos de devotos, y con más banderas de Andalucía y de la gaviota que la otra de los estancos. Cada vez cuesta más trabajo encontrar entre su parroquia al pijo que dé la estampa de la derechona. Había algún jersey por los hombros, alguna patilla de hacha y alguna pulsera rojigualda, pero es difícil distinguir ya sólo por el tipito a una pepera de Leire Pajín o a un pepero de Rafael Velasco, ese cachorro del socialismo andaluz. El mismo Arenas definió en su intervención un partido de butaneros y fruteros, dando sus nombres y las horas a las que se levantaban. Hasta se vieron mujeres con velo musulmán y una bandera saharaui como mentolando levemente el ambiente. Por eso mismo, y frente a ese cambio que se aprecia a simple vista, como si hubieran jubilado a todos sus antiguos marquesones y viudas de notarios, sigue sorprendiendo la contumacia del PP por afearse él mismo su estética. Tantas ganas de desabodegarse de los tópicos y nos traen de animadores a Los del Río y la rumbita tontipija de Siempre Así, para que no nos acordemos de esa derecha tan andaluza de caseta de feria. Sí, Los del Río, con un cuadro de gitanas de tapete de televisor, con sus ritmos culones, con bautizos de manzanilla y todo ese mal vino de lo rancio que exudan ellos. Buen símbolo para el cambio, la modernidad y la eficacia.
Bailó pues Soraya una rumba, con todo el chorus line del PP nacional y andaluz allí, disolviendo con eso ya un poco los gañidos con que Antonio Sanz se comía al PSOE y aupaba a Arenas, las diligentes cuentas de Montoro que subió al atril para enseñar el monedero vacío que ha dejado ZP, y los latigazos a los impuestos y a los desastres gubernamentales que arreaban el líder del PP andaluz, que sigue orlado de mesías, y el mismo Rajoy, que entró lentamente como un buque para definir al gobierno socialista con “la mentira, la soberbia, el sectarismo, la chapuza y la improvisación”. La cosa iba bien enfocada hacia su lema (“más empleo, menos impuestos”), hacia la economía, la gestión, la seriedad, la eficiencia. Pero luego siempre les ocurre lo mismo: suena un órgano desde arriba y de repente las hijas de Zapatero sirven para volver a las niñas de 16 años que pueden abortar (uno de los aplausos más estruendosos), se habla de la educación empezando por los crucifijos que les pesan tanto a los socialistas o a los techos de las aulas, y sacan a Mariluz y a Marta del Castillo como reclamando la justicia pistolera de Walker, ranger de Texas. O sea, el espantajo que tanto le sirve al PSOE para azuzarnos al dóberman, para reírse de su centrismo y para mantenerlos, al menos en Andalucía, en una oposición eterna como una vigilia. Ese día en que bailó Soraya, en que Rajoy quizá empezó a ser más que el paraguas que se dejó olvidado Aznar, en que Arenas se vio parando una catarata, puede ser el comienzo del cambio, sí. O sólo otra borrachera de la misma rumba.
Somos Zapping: La guasa y el talento (27/09/2009)
Industria. Estoy deseando ver esa nueva serie del cura que, por los avances que nos enseñan en las noticias de Canal Sur, parece más bien Michael Knight. Padre Medina (me recuerda a aquel padre Mundina que tenía la voz de sus gladiolos) es una copia de una serie que ha triunfado en Galicia, pero aquí, nos dicen, la han adaptado “a nuestro lenguaje y a nuestras costumbres”. Lo mismo lo vemos, pues, discutir de teología con rocieros y capillotes, quién sabe. Pero yo quería hablar de la justificación que da el ínclito presidente de la RTVA, Pablo Carrasco, para gastar el dinero del contribuyente en estos folletines de sacristía, y que nos explicaba con ínfulas de mecenas en el informativo. La utilidad pública de ver a un cura en moto, como la de soportar esa larga indigestión de pelusa y lloriqueo que es Arrayán, está por lo visto en que “la ficción crea industria” y “favorece la expansión del talento”. Sí, no hay más que ver el talento que expande Rocío Madrid, que actúa igual que los sofás del atrezzo. En cuanto a la industria, eso sí hay que reconocérselo a Canal Sur en todo lo que hace: ha creado una colosal industria de amiguetes y arrimados, engordados a dedo a costa de las arcas públicas. Eso sí es talento: crear una productora y que Canal Sur te llame al minuto, o incluso meses antes. ¿Se referiría a eso Pablo Carrasco?
Los días persiguiéndose: Tomatoman (24/09/2009)
Somos el campo, estamos enterrados en él como una herradura, con ese peso de arena acementada que tiene la historia. Entre el desmesurado sector primario que sigue siendo las venas egipciacas de Andalucía y un terciario que mayormente se encarga de aliñar y emplatar lo que sale de ahí, nuestra economía remite a los carretones. Andalucía da lo que se exprime de ella, que es un poco de su sangre y otro poco de su sal. Las industrias nos nacieron extranjeras. Lo nuestro son las verduras y los jamones, las brazadas en la tierra y los gañidos de pastores, que ahora se iluminan, desinfectan o aristocratizan en una cosa que han llamado Andalucía Sabor, feria de nuestro sudor concentrado, que es lo que tenemos, y que quieren convertir en algo así como la cena de un rey. Allí he visto a Griñán como a punto de recibir un sopapo de la Andalucía verdadera, en una magnífica foto que traía ayer este periódico: Griñán frente a Tomatoman, “mascota ideada en Almería como superhéroe de las hortalizas”. No tenemos para la gloria y el orgullo sino ese Tomatoman, forzudo de nuestra hambre y nuestro atraso. El músculo de Andalucía es un tomate, nuestra épica se tiene que conformar con las hortalizas y nuestro deseo de brazos de acero con una pulpa antigua. Superpoderes de caldo, rayos de picadillo, hipervelocidad de noria, vigor sobrehumano de las matas, eso es lo podemos ofrecer en el siglo XXI de Andalucía, tan terrizo y apocijonado. Por ahí lejos volarán con magnetrones y láseres, pero aquí nos impulsamos de gazpacho. Nuestro héroe, protector, salvador, es un tomate humilde, sincero y engordado de noche y dedos, único titán al que podemos aspirar después de siglos vaciándonos en la tierra, comiendo la tierra, siendo la tierra. Y mientras, Griñán, con su economía sostenible, con sus sueños eléctricos, con su cibernética por montar como un Exin Castillos, mira y no ve la realidad de Andalucía que hay tras ese Tomatoman como un Supercoco de las huertas, tras ese niño que juega con un mantel por capa, tras la purísima ingenuidad de una región que se ejercita en sus penurias y rueda en sus cestillos. Esa realidad que nos resume en la simplicidad, la soledad, la pobreza y la fiesta de un tomate por todo fruto, aspiración, fuerza y victoria.
Somos Zapping: Amanece, que no es poco (19/09/2009)
El torero, la gurú y el cura. Casi vamos a echar de menos las vaquillas de Bertín Osborne, que en el programa parecía un borracho subido a una cucaña, o las monicacadas de Carmen Janeiro y Eduardo Banderas, siempre como resbalándose con sus risas meonas. La nueva temporada de Canal Sur amenaza con engendros, pasteleos y frenopáticos. Los anunciaron de corrido en las noticias y aquello era como el tren de la bruja de las ferias. Manuel Díaz, El Cordobés, no va lidiar con toros ni con ranas, sino con un nuevo concursito tontón que va a presentar tirando de dientes, fama, sandunguerismo de paquete y así. En Canal Sur presentan toreros o cantantes de sevillanas y sólo falta que la Macarena conduzca Se llama copla. Después, aparece Olga Bertomeu como sobre una aromaterapia de colorines y bragueros, diciéndonos que nos ayudará a buscar la felicidad. ¿Será la gurú de las menopáusicas? Luego, nos anuncian una serie sobre ¡un cura! Marchoso, guapetón, modesno y muy bueno sin duda, con el que Canal Sur recupera el espíritu de Sor Citroën. Sí, mejor que vuelva el Gran Prix...
Leones de la Logse. La estupidización del lenguaje se ha instalado igual en los parlamentos que en los zoos. Vean cómo llamaban en Animales en familia, un programa de Canal Sur hecho todo de pelusa, a la comida que les ponen a los leones de un parque o reserva: “Elementos de enriquecimiento ambiental”. Son los leones de la Logse.
Los días persiguiéndose: Esquizofrenia de Griñán (17/09/2009)
Griñán está entre la inercia y el amago, entre el intento y el empecinamiento. Por eso, las cosas a medias, las ocurrencias que se contradicen, parecen ser su única tarea. Se diría que Griñán, si de verdad pretende traer su nuevo evangelio, lo quiere hacer sin soltar la feroz tradición como veterotestamentaria del PSOE andaluz. Por eso sigue con su Andalucía de adjetivos vertiginosos a la vez que trabaja su pose de profeta del cambio, por eso mezcla las etéreas y mentirosas modernidades heredadas del chavismo con pequeños desmarques, por eso conlleva la elefantiasis del brutal aparato burocrático y clientelar que maneja a Andalucía con la flauta de una nueva música que en realidad todavía no hemos escuchado. ¿Qué revolución esperar de un Griñán que le pide a su PSOE que “el partido sea la gente”? Otra vez la identificación del partido con toda la sociedad, con Andalucía misma, de nuevo el conocido tufo totalitario que debería espantarnos a nosotros y descalificarlos a ellos. Si el partido es “la gente”, los que no simpaticen con el PSOE, ¿qué serán? Tan buen lector que es, yo le recomendaría a John Stuart Mill, “Sobre la libertad”, y también un poquito de Aristóteles para que se diera cuenta de cómo la democracia se pudre en demagogia. Su supuesto cambio sólo trae una aporía que desemboca en caos y esquizofrenia. Yo sigo sin creerme a Griñán.
Zapatero se encastilla y hasta se inmola en su obcecación. Al menos es coherente, se ve claramente adónde va. Griñán tiene días de dócil y ortodoxo sociata orgánico y otros de fugaz rebelde de salón. Nos marea, nos confunde, nos decepciona. Que siga en el caballo o se tire de él de una vez. Ahora, sólo parece que va gobernando medio caído o medio borracho.
Somos Zapping: El aerogenerador enamorado de la luna (13/09/2009)
Tarde original. No me extraña que Juan y Medio se lleve 60.000 eurazos al mes, o al menos eso decía este periódico. Su originalidad lo merece. Nunca había conocido la televisión lo que este hombre nos trae ahora en las tardes. Creíamos que todo lo basaba en su postura de paraguas, en sacar gracietas de larguirucho, pero concebir este formato, discurrir esta osadía, lo hace ya uno de los grandes. Mira que empezar con una “mesa de actualidad” tratando de mujeres maltratadas, pleitos por custodias de niños y demás temas sin ningún morbo, como la muerte súbita de jóvenes deportistas con la familia allí mismo, secándose las lágrimas con el pañuelo mientras Juan y Medio le pregunta al padre si le cuesta conciliar el sueño... Hizo llorar a todos sus invitados sin que se le moviera el bigote. ¡Qué diferencia con María del Monte! Pero no queda ahí la cosa: conexiones con la romería de Regla en Chipiona, un reportaje de otro pueblito andaluz, toda una sección dedicada a los castings, meritorios y corazones encogidos de Se llama copla, y, lo nunca visto, viejitos que buscan pareja, que reciben llamadas y se cuentan como andan de la vejiga y la paguita... Cómo no va soltarle la pasta que le suelta una cadena pública endeudada y deficitaria como Canal Sur, si ha reinventado toda la televisión y además se ha sacudido todas las moscas de la tarde. Qué genio. Caro, pero genio.
Psicoanálisis. Pertenece a ese amor de las Vírgenes por los puñales, las hembras por los crucifijos o los toros por la luna. Andalucía es fetichista y aquí se encaman todos los símbolos de la sangre, el poder, el sexo, la muerte, la patria, la violencia, la eternidad... Es digna de la psiquiatría, ya lo hemos mencionado, la obsesión andaluza por los caballos o los toros, que no es más que la fijación de una cultura aún primitiva y agraria por el falo, la fuerza sometedora, la potencia reproductora, la viril animalidad, aquí además asociado ello al poder y al estatus social. Para tratado de psicoanálisis, pues, dejaría yo lo de Enrique Romero dedicándole un reportaje entero a la supuesta “amistad” entre un toro y una yegua que se reunían solos bajo un árbol. “Imágenes muy tiernas”, decía. El toro y la yegua no sé si se quieren, pero desde luego el presentador fantasea con que se quieren, en una apoteosis freudiana que me niego a evaluar. Como decía Javier Krahe, yo que tú consultaba al doctor López Ibor.
Los días persiguiéndose: Magia ambulante (10/09/2009)
Chaves debería ir a ese Consejo de Ministros de Sevilla en taparrabos. Si lo que nos queda es que el jefe con lanza y sus chamanes vengan a aullar y pinchar a la luna, a esparcir huesecillos en la tierra cementerial de Andalucía, mejor que vayamos bebiendo en calaveras. Chaves sabe que aquí rezamos a las llamas, adoramos a las piedras y atinajamos a los muertos, así que ha calculado que basta el espiritismo para conformarnos. Él mismo y todos sus sucesivos gobiernos han sido santería y pasar anillos por nuestra cara y nuestra hambre, soplándonos fantasmas en los ojos. Las modernizaciones y las imparabilidades de Andalucía eran candelabros paseados como por bonzos y encajes colocados sobre nuestra triste ceniza. No más nos trae Griñán, que, después de un momento levemente filípico, se ha dado cuenta de que aquí son suficientes la magia de perol, el incienso de la propaganda y el miedo que deja el aleteo membranoso de históricos demonios. Sobra la realidad cuando creemos que la noche tiene hadas, unicornios y dientes.
Esa “Andalucía sostenible” que pretende venir a invocar o a acarrear el mismo Zapatero a Sevilla es un botafumeiro alucinógeno, un emporramiento mental. Antes de imaginar casitas de chocolate y lagos de cisnes, aquí tenemos que solucionar el tercermundismo económico, laboral, educativo, cultural, político. Trasplantar aquí directamente lo verde como la lechuga que se imaginan, obligar a que la tecnología brote sin más de sus ecuaciones, cambiar la pobreza por prosperidad y el analfabetismo por cultura no es algo que se haga moviendo sombreros, metiendo cuchillos en el fuego ni trayendo a Sevilla el circo del sol de Zapatero, cada vez más arlequín, cada vez más Papá Pitufo. Para hacer todo eso tendríamos, primero, que cambiar la magia por la política, los conjuros por el trabajo y nuestros aprendices de brujo por gobernantes de verdad. Pero Chaves traerá a Sevilla un Consejo de Ministros y en el ceremonial veremos elevarse la “Andalucía sostenible” a partir de sus consagraciones y marmitas. Será mentira como toda la magia y despreciable como todo ardid de tramposos.
Somos Zapping: El marisco me relaja (6/09/2009)
Bigotes y dedos. El nuevo programa de la tarde en Canal Sur será sólo cambiar un bigote por otro, o recuperar la auténtica capitanía del bigote, la de Juan y Medio, usurpada por María del Monte. No es exageración, sino que creo recordar que hicieron una primera promo centrada de verdad en su bigote, quizá porque en él Juan y Medio tiene ya acumuladas todas las barreduras de Andalucía, más un poquito de baba. Con el beso de babas, roña y bigotes de este padrecito de lo andaluz se puede explicar ciertamente toda su carrera en Canal Sur. La segunda promo que he visto ha sido aún más certera. Tras enumerar una voz en off las cualidades que tendría que tener el presentador del programa (“gran profesional, apuesto, divertido”), le terminaban preguntando a Juan y Medio: “Entonces, ¿por qué te han elegido a ti?”. Y él respondía: “Parece ser que el tío que venía se ha liao, que se ha entretenido, que no puede, que lo hago yo...”. Tiene gracia, porque él no ha sido elegido por un accidente ni por un bigote, sino por el dedazo más gordo de la RTVA, tanto que ya tenía el chiringuito montado y la rauda productora ad hoc lista desde hace tiempo. Así, con el dedo y con el morro, es como se distribuye en Canal Sur el dinero público, para que se lo lleven los arrimados de siempre. “El tío que venía se ha liao...”, qué bueno. El tío que venía se sabía que era él, y con la saca bien preparada. Y luego va de redentor de la “buena gente”, viviendo sólo de la felicidad que dan sus programa. Toda una ONG. Eso sí, con los bolsillos llenos de nuestro dinero y la misión de idiotizar encomendada directamente por el poder.