13 de julio de 2009

Somos Zapping 12/07/2009

El héroe. A sus ridículas noches de detective cantante, de saxofones aulladores, de entrevista que le hace un paraguas mojado a otro en el paragüero; al ñoño, afectado, subterráneo y dócil programa de Joaquín Petit, en fin, llegó Griñán. El comienzo tuvo un aire de cosa de Raymond Chandler, con fotos de Griñán en blanco y negro y su voz susurrante hablando de cómo “había visto Andalucía hacerse”, con su explicación sobre llegar a la presidencia sin desearlo, el poder como deber heroico e inesperado que se acepta abrumado, como cuando Arturo sacó a Excalibur de la piedra. Griñán artúrico, Griñán Cenicienta, Griñán como reinterpretando Las sandalias del pescador, mientras Petit inflaba ese heroísmo, ponía su mejor cara de bollito, que es la que pone ante el poder, y parecía que más que una entrevista le hacía un masaje de pies por debajo de la mesa, con algo de geisha. Atentos al calado de sus preguntas: “¿Qué le dijo su madre cuando le contó que iba a ser presidente de la Junta?”, “de los amigos siempre se aprende algo, ¿qué ha aprendido usted de Manolo Chaves?”, “¿recuerda cuál es la última película que vieron juntos?”, “es difícil elegir una película, pero, ¿tiene alguna preferida?”, “¿qué destacaría de lo que ha aprendido de las mujeres?”, “¿qué música le pondría a este momento de crisis mundial?”. O así, o de ésas con alfombra para que Griñán soltara el mitin o se adornara (“yo defiendo a Andalucía”, y en ese plan). Toda la noche haciendo piececitos el poder y sus sombrereros...


WSS. El apagón analógico, qué apocalipsis para nuestro analfabetismo en tecnología. Aquí se diría que va a acabar con toda la audiencia de María del Monte como un mal invierno. Cuántos reportajes sobre pueblos siempre como serranos, por Huelva o por otros sitios, con pavor ante el digital advenimiento, cuando todo consiste en llamar a un antenista y, si acaso la tele no es de las más nuevas, comprar un cacharro que se conecta igual que un viejo vídeo VHS. Pero casi es más chocante el atraso de las propias cadenas de televisión. No hablemos de emisión en alta definición, aquí sólo disponible por satélite, y que la novísima TDT aún ni se plantea. No, es que, sin ir más lejos, emitir en formato panorámico todavía parece que les supone lanzar sus presentadores a la luna (el personal flipa ahora porque La Sexta o Telecinco lo han hecho en algunos eventos señalados). Hace poco, me encontré precisamente con que Canal Sur hacía un intento torpe de emitir en formato panorámico. Era un concierto de jazz, a horas de carta de ajuste, que me asustó con la imagen de los músicos estiradísimos, como sometidos a la tortura del potro, y encajonados en el tradicional 4:3 a pesar de que mi aparato está configurado para detectar el formato de la emisión y adaptarse. Esto era así porque Canal Sur desconoce u olvidó algo que se llama WSS (widescreen signaling, o señalización de pantalla panorámica), unos pocos bits que se incluyen en una de las líneas de la imagen (la 23 en PAL) para que el televisor identifique el formato y para no pensar que los técnicos de la cadena son linotipistas. No sabían, no querían o no podían hacerlo bien, y la prueba definitiva era que la “mosca” (el logo) tampoco estaba adaptada. Es decir (acertada analogía nos dejaba eso): o veíamos las proporciones correctas del solecito de Canal Sur sobre una realidad deformada, o, tras cambiar manualmente a 16:9, veíamos a los músicos con proporciones humanas pero el logo de La Nuestra grotesca e ignorantemente abombado. En verdad, para traer la modernidad a Canal Sur habría que quitar mucha roña antes de pensar en lujos panorámicos.

1 comentario:

La voz dijo...

Enhorabuena por su blog. Desde http://andasulia.blogspot.com/ le queremos decir que nos divierten mucho sus artículos. Saludos