25 de mayo de 2009

Somos Zapping 24/05/2009

La ministra y la ciencia. Veo a Bibiana Aído en el programa de Ana Rosa Quintana o en Los desayunos de La 1, la escucho en la radio resbalando por su lengua; veo también a los que han ido a echarle sangre a los pies, en su pueblo; leo las columnas herodianas y las otras... Concluyo que es una ministra nefasta torpeando lo que considero un buen proyecto de ley. Quizá todo en su ministerio son loables intenciones afeadas por su ineptitud y bobería. Es como si se empeñara en devaluar todo lo que hace. Su mala cabeza o sus malos pelos convierten en monigote hasta lo que podría ser defendible con otra sensatez, con otra seriedad. Es, en ese aspecto, un perfecto icono zapateril. Tengo que darle la razón a Iñaki Gabilondo, que el otro día decía que “no deja de meter la pata”. Ya conocen sus declaraciones en la Ser cuando le preguntaron si un feto es un ser vivo: “Es un ser vivo, claro; lo que no podemos hablar es de ser humano porque eso no tiene ninguna base científica”. ¡¿Base científica?! Pero si la ética es aún parte de la filosofía, y no de la ciencia, es precisamente porque hay parcelas en las que el método científico no sirve. Tomando un ejemplo de Bertrand Russell, la ciencia no puede decirnos si es o no lícito gozar con el sufrimiento ajeno. Y no, la ciencia tampoco puede decirnos qué es el ser humano. Se equivocan los que, en el debate sobre el aborto, invocan a la ciencia, tanto en un sentido como en otro. Tampoco puedo estar de acuerdo con lo que decía el otro día aquí Arcadi Espada: “Detrás de una legislación debe haber creencias y es honrado que los políticos las exhiban”. Pues a mí me espeluzna que se legislen creencias particulares, y eso es lo que yo le reprocho al PP cuando va de la manita de los obispos. Me parece tan censurable un político católico intentando legislar según su concepto de pecado como uno ateo queriendo legislar la maldad de las religiones. También decía Espada: “Si la ministra creyera que un feto de 14 semanas es un ser humano, no podría impulsar ese proyecto de ley”. ¿Por qué no? Eso demostraría precisamente su altura política y cívica, es decir, que los gobernantes fueran capaces de poner por encima de sus propias creencias el interés público y el respeto a la libertad de conciencia de los ciudadanos. Como la altura que demostraría un político católico que entiende la importancia de la laicidad, o uno ateo que comprende la necesidad de la libertad religiosa. Me hubiera gustado escucharle a la ministra algo así: “Es opinable y discutible qué es el ser humano y a partir de qué momento se puede hablar de vida humana. No hay consenso ético, ni lo habrá, sobre eso. Pero la ley debe tener en cuenta esas diferentes concepciones morales y buscar un equilibrio que respete los derechos y garantice la libertad tanto de los que piensan de una manera como de otra, además de velar por la salud pública y minimizar el sufrimiento de los ciudadanos”. Pero no tenemos esos políticos. Ni las izquierdas ni las derechas saben hablarnos aún así.


Cara. El informativo de Canal Sur comienza con una noticia de alcance y vanguardia, de ésas que tanto les gustan porque ponen a Andalucía conduciendo platillos volantes de pega: Puede que aquí se autoricen operaciones de trasplante de cara. No puedo evitar sonreír porque, desde luego, aquí hay cara para dar y tomar, sobre todo entre la casta gobernante. Hay reunido hasta un “comité ético” para el asunto, en la Consejería del ramo. En el comité está Olga Bertomeu, la del sexo palanganero de Omaíta. Me pareció una imagen certera y dolorosa de esta Andalucía: aquí se unen la cara, la ética y la estética, y lo único que sale es una gran carcajada.

1 comentario:

yinyang mason dijo...

“Es opinable y discutible qué es el ser humano y a partir de qué momento se puede hablar de vida humana. No hay consenso ético, ni lo habrá, sobre eso. Pero la ley debe tener en cuenta esas diferentes concepciones morales y buscar un equilibrio que respete los derechos y garantice la libertad tanto de los que piensan de una manera como de otra, además de velar por la salud pública y minimizar el sufrimiento de los ciudadanos”. Wow!!! ¿Te imaginas a la Bibi Aido hablando así?