29 de diciembre de 2008

Somos Zapping 28/12/2008

Navidad en Canal Sur. “Nuestra Navidad en Canal Sur...”, empieza la cancioncita, especie de himno de la muñecas de Famosa en versión de nuestra televisión autonómica. La canta Pasión Vega mientras se levantan figuras de sus presentadores estrella como pillados dentro de un congelador. En Andalucía, donde está la tierra de María Santísima sin que ella la pisara nunca, donde al Niño Jesús le llaman Manuel (catetización de Emmanuel, supongo, el nombre que anunció el profeta Isaías), donde los belenistas hacen repujados o papiroflexia con su ñoñería, la Navidad de La Nuestra da verdadero pavor. La Navidad en Canal Sur es afectada, repostera, anisada, santera. Exhibe las chorreras de esa religión folclórica de aquí que me recuerda al catolicismo amazónico de Brasil o por ahí, mezcla de cristianismo, vudú, tamboradas, gallos pelados y yerba fumada. No es sólo que uno sonría recordando el “laicismo” socialista, con su limpieza de crucifijos y belenes, a la vez que mira los programas de Canal Sur (un especial de Menuda noche, por ejemplo) que parecen almanaques de cajas de polvorones, como los platós de la cadena Intereconomía. No, es más, es el interesado infantilismo con que esta televisión populachera se viste de pastorcillo para contentar a un pueblo adorador de piedras y peroles. No es una Navidad de Dickens ni de Capra, sino la de un cruce raro entre cíngara y monja cocinera. Me rebelan su superchería, su amelazamiento y su optimismo enfermizo. “En Andalucía la ilusión y la alegría se han unido para celebrar contigo que llega la Navidad...”, cantan niños o zombis. “Ilusión y alegría”... Sólo borrachos podríamos ver así esta Andalucía fracasada. La Navidad de Canal Sur es esa borrachera de peces con gorrito y sonajas de pobres.


Los menús y la verdad. Primer titular en los informativos de la tarde en Canal Sur, el día 24: “Esta noche es Nochebuena”. Sí, un notición que enseguida nos conduce a las imágenes de gente contándonos sus menús para la cena. Seguramente nuestra religión primigenia es sólo el hambre, y por eso Canal Sur se afana por demostrarnos que no será tan grave esta crisis económica cuando sobran comida y camareros. Así nos lo pretende demostrar llevándonos hasta el hotel Alfonso XIII, brillante como de diamantes comestibles o violines de caramelo, donde se celebra una cena de 100 euros por barba. Es “otra forma de pasar la Nochebuena”, como bien sabrán todos los andaluces que, un año u otro, seguro que se pasan por ese hotel o alguno parecido a beber champán francés en los escotes de las marquesas. Luego nos pasean por los mercados, que “ayudan con precios no demasiados abusivos”, y donde todos los entrevistados, curiosamente, nos dicen que comerán marisco y jamón. Y claro, los pocos andaluces que no están en hoteles alfonsinos ni pringosos de bigotes de gambas, es porque son indigentes sin techo, que es por donde sigue el reportaje. La grosera manipulación me indigna. No, el andaluz no está ahíto o en la puta calle; nuestra verdad, la del paro, la de la crisis, la de la necesidad, la de ese 30% de pobres que avergüenza a Andalucía, no está ni en las mesas repletas de pechugas y cáscaras ni en los que duermen en cartones. Pero la verdad, ya sabemos, nunca sale en Canal Sur.


Nochebuena andaluza. Otra vez la misma candelada al raso de siempre, la alegría con frío de una raza que parece no conocer la calefacción ni los techos. Es el folclore reconociendo nuestra pobreza eterna, es nuestra televisión regocijándose en ello. La burra y los remiendos barajados con los andilucas de turno y el empecinamiento por entremeter una historieta de guión infame. Carmen Janeiro asesinando la dignidad del oficio de actor, el Linterna cafeinizado, niños de Juan y Medio y presentadores de la cadena tropezando en un teatrillo vergonzoso, idiota, majadero. ¿Qué negado, qué inepto, qué enchufado lobotomizado y de talento inexistente pudo perpetrar un bodrio de tal bajeza, en el que ni por casualidad se coló siquiera lejanamente un amago de ingenio o humor? ¿Sería otro sobrino de Joaquín Durán? Pues ese negado se llama Eloy Botello, merecedor de la horca de los guionistas si la hubiera. La noche entera ardió en Canal Sur entre latones, sonrojos, abyección, estupidez y vulgaridad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que personalmente no me gusta el programa de Canal Sur de navidad. La verdad es que no lo he visto así que tampoco lo voy a criticar, digamos que no me llama la atención. Pero el articulo que leo aquí es para denunciar a quien lo ha escrito por insultos y calumnias. Sobrepasa la critica al programa para ensañarse contra Eloy Botello. Lobotomizado, inepto, merecedor de la horca... Creo que este artículo si que se escapa al sentido común, la lógica y la profesionalidad periodistica que el autor exige pero de la que carece.