17 de abril de 2008

Los días persiguiéndose: All'antica (17/04/2008)

No sé por qué le llaman Il Cavaliere, pero lo de Berlusconi me parece más el regreso de las Mamá Chicho que el de aquella vieja cavalleria rusticana al italiano modo. Con ese título (que no se traduce por caballería, sino por caballerosidad) y esas maneras, Mascagni hizo una ópera con cuernos y venganzas a la hora de las misas. No es extraño que la tercera parte de El padrino tenga su clímax alrededor de esta ópera toda honra y escopetas. "Tuo padre pensa all'antica", le dice una vez Sollozzo a Michael Corleone en la primera película de la saga, y quizá Berlusconi también piensa a la antigua, pero además con modos de putañero. Por eso su primer saludo a Zapatero ha sido como la risita dedicada a un calzonazos. Berlusconi, con su machismo como unos tirantes, se ha burlado de Zapatero por su mujerío un poco almodovariano, por su Gobierno lleno de musas. No es que Berlusconi me importe especialmente. Lo que sí me importa es que hay mucho de guasa berlusconiana también aquí, en España, y eso tiene el peligro de desvirtuar y banalizar la crítica, que tiene razones más profundas que el tono rosáceo o juvenal de su gabinete.

La crítica fundamental es hasta qué punto pueden los ministerios convertirse en alegorías, pues esto es lo que se diría que ha hecho Zapatero. La alegoría de la juventud, la alegoría de la fertilidad, la alegoría de la contradicción misma, no es lo que se espera de un Gobierno que debe conducir y gestionar, y que por tanto necesita, antes que nada, conocimiento y capacidad. Ni por mujer ni por embarazada podría espantarle a nadie que no pensara como Berlusconi el que Carme Chacón mande firmes en los patios de armas. No, es más bien por el total desconocimiento, la nula experiencia, el completo alejamiento por personalidad y convicciones de la misión que debe desempeñar. Y la edad, también yo he hecho guasas con la edad, es cierto. Pero es que reniego de la juventud como valor en sí mismo. Puede ser útil si va acompañada de talento, de fuerza, de ganas, de rebeldía, de intención de cambiar ese mundo de viejos que suelen ver extraño y gastado los jóvenes (ahí está la teoría de las generaciones de Ortega y Gassett). Pero Bibiana Aído es un cachorrito domesticado en la burocracia y en el orín de un sociatismo vetusto, compadrero, inercial, en la famiglia que sigue pensando all'antica. Y además, ¿por qué mujer joven y no hombre joven? Eso todavía me lleva a sospechar más que todo es un escaparate, una opción de diseño y no de funcionalidad, como si una nación se planeara igual que un anuncio de yogures. Bibiana Aído no sólo es joven sino que no tiene más experiencia ni capacidad que su sumisión a los clanes, y el único mérito de los favores que quedan por pagar. Bibiana Aído no sólo no añade nada, sino que hasta diría que menoscaba otra presencia a la vez icónica y verdaderamente valiosa de la mujer en este Gobierno, como la que representa Fernández de la Vega. Berlusconi hace burlas machistas, también las veo aquí. No es eso. Lo verdaderamente grave es este maquillaje sin fondo y sin sentido, un Gobierno basado en el estilismo de llevar la contraria. Me sorprende muchas veces cómo la idiosincrasia de un pueblo se refleja en la política. Pasa en Italia que vuelve a elegir a este dinosaurio de Berlusconi, pasa en Argentina que no escarmienta del peronismo, pasa también en Andalucía, ahora que escucho el discurso de investidura de Chaves y me doy cuenta de cuánto pesa ese pensamiento all'antica. Quizá España sigue siendo antigua y machista. Pero rebelarse contra esto únicamente con operaciones de dermoestética es un error y una irresponsabilidad.

1 comentario:

yinyang mason dijo...

Yo lo que no entiendo es cómo los italianos votan a ese tío. ¿Cómo deben ser los otros políticos que tienen a su disposición? Bueno, lo de "disposición" es un decir.