4 de diciembre de 2007

Somos Zapping 02/12/2007

Mala educación. Mucho tiquitaca de centros TIC, muchos ordenadores de atrezzo, mucha golosina que le pone la Consejería a su propaganda, pero la educación en Andalucía da pena. Según el Informe Internacional de Evaluación de Estudiantes, los zagalones andaluces de ESO están en el vagón de cola del país, 14 puntos por debajo de la media nacional, y eso que España está a su vez 12 puntos por debajo de la media de la OCDE. Tenemos el menor porcentaje de “alumnos sobresalientes” y el mayor de “jóvenes descolgados del sistema educativo”, nos decía la noticia de Canal Sur con una tristeza como de mancharse. Pues todavía sonreía Cándida Martínez, cínica o emporrada de sus idioteces, al dar esta increíble explicación o justificación: “Todas esas medidas que contempla la Ley [de Educación en Andalucía], y que ya están en marcha en estos momentos, son fruto de un diagnóstico que nosotros hicimos hace más de dos años. Por tanto, estamos poniendo medidas”. Pues eso, los que llevan décadas gobernando aquí, están ahora “poniendo medidas”. Toda una generación de políticos y pedagogos tendrá que reconocer un día que se cargaron la educación y eso constituye la mayor traición imaginable al futuro de un país. Tanto la izquierda que ve la escuela como un juego de palmitas como la derecha que cuando protesta es mayormente para meter más catecismo y más olor a sotana. Iñaki Gabilondo dijo el otro día en su informativo que estábamos haciendo un país de analfabetos, y tenía razón. Lo que pasa es que en Andalucía esos analfabetos quedan luego muy bien en los programas de Canal Sur y los llaman “buena gente”. Aquí, con la mala educación sólo están haciendo cantera.

La élite de la burricie. Un buen ejemplo de cómo es la educación en Andalucía lo tenemos entre esas pelusas de sofá humanas que son los concursantes de Gran Hermano. Que alguien destaque en ese programa por su burricie ya es pertenecer a la élite de las élites, y eso lo han conseguido dos gemelas sevillanas de melena tan suelta como sus diarreas cerebrales. Ya les hacen especiales, como el que les dedicaron los benditos canallas de Sé lo que hicisteis, sólo con los insultos al lenguaje y a la inteligencia que van dejando en sus despatarramientos: “Sofales”, “pacencia”, “deshacío”, “distrayó”, “culo operativo” (por operable, quizá) y así. Eso cuando no utilizaban raras medias angulares diciendo que alguien había dado “un giro de 120 grados, 160 ó 480, no lo sé”. Uno de los colaboradores del programa de Ana Rosa Quintana llegó a afirmar con razón que hasta un extranjero que también habita esa casa de negados, y que habla como los vendedores callejeros de collares, manejaba el castellano mejor que ellas. Lo peor es que habría que reconocer que estas gemelas no son un caso raro en nuestra tierra, sino lo habitual. Pero sin duda son así porque a su instituto no llegaron a tiempo los ordenadores del TIC.

Sueños de pobre. Todavía puede el programa de María del Monte dar nuevos sustos, ascos y penas, y no me refiero sólo a ver aparecer a Maite Cadaval como travestida de sus hermanos, sino a una lástima más profunda que sentí al comprobar cuáles son los sueños de los andaluces, que son sueños de pobretón. Una señora de Alhama de Granada sólo quería hacerse una foto junto a la Giralda y allí la llevaron en coche de caballos y con mantilla. “Parece que estoy en un cuento de Cenicienta, que soy una estrella de cine”, decía la pobre. La Giralda como algo exótico, tan lejano como el Taj Mahal, ilusiones tan humildes como imposibles para ellos, para tantos andaluces. Qué pena.

Sin tópicos. El informativo de Canal Sur lo había anunciado como un evento sobre cultura andaluza en Munich, organizado por el gobierno autonómico, que quería dar una imagen “alejada de los tópicos”. Pues menos mal, porque salieron farolillos colgados, mozas con traje de gitana bailando con abanicos detrás, jamón y manzanilla, fotos de nazarenos, toros de Osborne en miniatura y señoritas como anuncios de Tío Pepe. ¿Qué harán cuando quieran ponerse tópicos?

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